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Node.js es un entorno de ejecución de JavaScript que permite utilizar este lenguaje de programación fuera del navegador. Habitualmente, asociamos JavaScript con la parte frontal de una página web, aquellas funciones que ocurren en tu navegador cuando le das clic a un botón o se reproduce una animación. Sin embargo, con Node.js la cosa cambia: se ejecuta en el servidor, brindando la posibilidad de crear aplicaciones complejas del lado del backend con la misma sintaxis que se utilizaría en el navegador.
Con la aparición de Node.js, se abrió la puerta para reutilizar la experiencia con JavaScript en la creación de servidores y APIs, evitando tener que dominar al mismo tiempo otro lenguaje distinto para esa labor (como podía ser PHP, Python o Ruby). Es decir, un programador puede manejar toda la lógica completa de una aplicación usando exclusivamente JavaScript, lo cual simplifica el trabajo.
El motor V8 de Google es rapidísimo interpretando JavaScript. No solo eso, sino que está en constante evolución para hacerlo cada vez más veloz. Node.js saca provecho de esta cualidad para ejecutar código de manera muy eficaz. Cuando uno trabaja con Node.js, se beneficia de un rendimiento excelente, lo que se traduce en tiempos de respuesta más ágiles y un menor consumo de recursos.
La programación asíncrona significa que, en lugar de ejecutar las tareas de una en una y esperar a que finalice cada proceso, Node.js envía varias tareas al mismo tiempo y se va ocupando de cada una a medida que llegan los resultados.
Esta forma de gestionar el flujo de peticiones al servidor lo hace especialmente bueno para aplicaciones con muchos usuarios conectados simultáneamente (por ejemplo, chats y redes de mensajería). Además, la arquitectura impulsada por eventos permite manejar tareas de I/O (entrada y salida de datos) de forma eficiente, pues no se bloquea la ejecución principal.
Uno de los mayores atractivos es que no necesitas cambiar de lenguaje cuando pasas de la parte frontal a la parte posterior de tu proyecto. Esto abre la puerta a que muchos más desarrolladores se sientan cómodos migrando a Node.js, evitando dolores de cabeza al mantener varios lenguajes a la vez.
Además, al tener todo un ecosistema de librerías que funcionan en Node.js, el desarrollador tiene a su disposición una cantidad enorme de paquetes listos para usar en diversos tipos de proyectos: desde control de sesiones hasta manejo de archivos y conexión con bases de datos. Todo esto minimiza el tiempo que tardarías en construir soluciones complejas.
Dado que Node.js creció de manera asombrosa en tan solo unos años, la comunidad de programadores detrás de él es bastante activa. El repositorio oficial de paquetes y módulos para Node.js se llama npm (Node Package Manager). Allí puedes encontrar literalmente cientos de miles de librerías que simplifican y agilizan la construcción de aplicaciones.
Esto implica que prácticamente para cualquier cosa que necesites (desde encriptar contraseñas, hasta interactuar con redes sociales o crear gráficos) ya existe un paquete que te ahorra tiempo y esfuerzo. Los desarrolladores se ayudan mutuamente publicando su código de forma abierta y colaborando en mejoras continuas. Y no es exageración decir que npm es uno de los repositorios más ricos para librerías en el mundo de la programación.
Node.js presenta una estructura sumamente escalable. Al trabajar con un solo hilo principal y delegar el resto de operaciones a mecanismos asíncronos, es capaz de procesar un gran volumen de solicitudes de manera eficiente, sin que el rendimiento se degrade notablemente. Si tu proyecto comienza de forma sencilla y a medida que pasa el tiempo aumenta el número de usuarios, Node.js te da la posibilidad de escalar sin necesidad de cambiar por completo la arquitectura de tu aplicación.
Esto lo hace ideal para proyectos que tienen la expectativa de crecer rápidamente. Hay casos famosos en la comunidad de aplicaciones que empezaron con un tráfico modesto y, cuando este se disparó, Node.js respondió bien a la carga. Es una de las razones por las que muchos se sienten tranquilos al escogerlo para desarrollar aplicaciones que apuntan a un gran volumen de usuarios.
En la actualidad, muchos proyectos se han inclinado por la arquitectura de microservicios, donde en lugar de crear una aplicación monolítica enorme, se dividen las distintas funcionalidades en servicios pequeños que se comunican entre sí. Node.js se presta muy bien para este modelo, gracias a su capacidad para ejecutar múltiples instancias y a la naturaleza ligera de su entorno.
Cada microservicio puede correr de manera independiente, y Node.js facilita la implementación de APIs que se comuniquen entre sí sin bloquear los procesos. Esto, a su vez, hace más fácil el mantenimiento y la actualización de cada módulo por separado.
Gracias a que Node.js está basado en eventos, se pueden construir soluciones de mensajería y notificaciones que funcionan al instante, sin retardos ni esperas innecesarias. Seguramente has usado aplicaciones de mensajería donde, al escribir algo, el otro usuario lo ve casi de inmediato. Ese tipo de fluidez es precisamente lo que Node.js sabe hacer.
Otro gran campo es en las APIs de backend. Si necesitas crear un servicio para gestionar datos entre el frontend y la base de datos, Node.js te permite hacerlo de forma rápida y eficiente, con una sintaxis que la mayoría de los desarrolladores de JavaScript entienden de forma natural. Esto ayuda a que tus tiempos de desarrollo se acorten y puedas ofrecer al usuario un producto de calidad en menos pasos.
No menos importante son los casos de uso relacionados con la transmisión de datos (streaming) y la creación de herramientas internas para tu equipo de desarrollo. Muchas veces, en empresas se necesitan aplicaciones internas, paneles de administración u otras herramientas que, si se construyen con Node.js, resultan más sencillas de mantener en conjunto con el resto del stack de JavaScript.
Debes descargar el instalador desde la página oficial y, tras unos cuantos clics, ya podrás escribir código de JavaScript que se ejecute directamente en tu máquina, sin depender de un navegador. Además, si en algún momento quieres actualizarlo, contarás con herramientas de versión como nvm (Node Version Manager) que simplifican el cambio entre versiones de Node.js.
Cuando escribes un archivo con extensión .js y lo ejecutas con el comando node nombreArchivo.js
en tu terminal, ya estás corriendo un programa de Node.js. Por supuesto, esto es el nivel básico: lo bonito surge cuando empiezas a usar frameworks o librerías para proyectos más elaborados. Un ejemplo es Express, un framework minimalista que facilita la creación de servidores y rutas HTTP de manera rápida. Pero hay muchos otros, como Koa, Hapi, Fastify, entre otros, cada uno con su propia filosofía, pero todos funcionan sobre Node.js.
Si eres nuevo en el mundo de la programación, te ayudará saber que Node.js se integra muy bien con herramientas como Babel, Webpack o TypeScript, permitiendo que tu proyecto sea altamente personalizable. Por ejemplo, si deseas utilizar las nuevas características de JavaScript que aún no están soportadas por todos los navegadores, Babel las traduce a versiones compatibles. De esta forma, Node.js se amolda a tu gusto, sin limitarte.
Npm es, quizá, uno de los elementos más distintivos de Node.js. Se trata de un gestor de paquetes que viene instalado por defecto cuando instalas Node.js. Con un simple comando en tu terminal, puedes bajar e intalar miles de librerías listas para usar. Por ejemplo, si quieres trabajar con MongoDB, hay un paquete oficial llamado mongodb
; si precisas crear un sistema de autenticación JWT, encontrarás docenas de paquetes que te facilitarán la tarea.
La comunidad de npm crece muy rápido, con miles de desarrolladores publicando y actualizando módulos a diario. Esto se traduce en que rara vez tienes que reinventar la rueda: las probabilidades de que alguien ya haya creado una librería que haga justo lo que necesitas son altísimas. Lo genial es que la mayoría de estos proyectos están en GitHub, así que puedes ver su código fuente, crear forks, colaborar, reportar problemas y, en general, aprender en comunidad.
Es cierto que, al ser tan grande, de vez en cuando se filtran módulos con poca calidad o que no se actualizan. Por eso, siempre es bueno revisar la reputación del paquete, la frecuencia de actualización y la comunidad que hay detrás. Pero, en general, npm es de lo mejor que te ofrece Node.js, simplifica la creación de cualquier tipo de proyecto.
Existen buenas prácticas que vale la pena seguir para sacarle provecho:
Siguiendo estas pautas, tu experiencia con Node.js será mucho más placentera y confiable.
El crecimiento de Node.js ha ido de la mano con la expansión de la computación en la nube. Muchas plataformas de alojamiento web han empezado a brindar soporte específico para aplicaciones construidas con Node.js, simplificando la tarea de desplegar y escalar. Con unos pocos comandos, tu aplicación puede estar en línea, recibiendo tráfico y aprovechando toda la elasticidad de la nube.
Además, el uso de contenedores con Docker e imágenes personalizadas permite que tu entorno de Node.js sea idéntico en desarrollo y producción, evitando las clásicas diferencias de versiones que tanto dolor de cabeza suelen dar. Esto es muy útil para equipos de trabajo grandes, donde cada programador puede tener configuraciones distintas en su computadora local. Con Docker y Node.js, todo se homogeneiza.
Cada vez más equipos consideran migrar parte o la totalidad de sus sistemas a Node.js por las razones que hemos venido mencionando. Sin embargo, conviene analizar a fondo las necesidades de cada proyecto antes de lanzarse a una mudanza gigantesca. En ocasiones, es más práctico mantener un backend construido en otra tecnología e integrar Node.js solo para servicios específicos que necesiten manejar un volumen considerable de conexiones en tiempo real.
Por ejemplo, si tu aplicación ya está escrita en Java o .NET, pero quieres ofrecer un servicio de chat instantáneo para tus clientes, quizá valga la pena desarrollar esa funcionalidad usando Node.js e integrarla. Esto proporciona lo mejor de ambos mundos: mantienes la robustez de tu stack actual y aprovechas la rapidez en comunicación en tiempo real que ofrece Node.js.
Cuando uno comienza en Node.js, es fácil caer en algunos errores que, con el tiempo y la práctica, se van puliendo:
La evolución de Node.js es constante, impulsada por su comunidad y los avances del motor V8. Las actualizaciones periódicas suelen traer mejoras de rendimiento, nuevas características del lenguaje (según lo que incorpore el estándar de JavaScript) y parches de seguridad. Es un entorno vivo y en constante cambio, así que es importante mantenerse al día para no quedarse atrás.
Algo que ha ido sonando cada vez más es Deno, un runtime que también creó Ryan Dahl, el mismo creador de Node.js, con la idea de corregir algunos puntos que consideraba mejorables en Node.js. Sin embargo, Node.js sigue muy arraigado en la industria, y el futuro de ambos entornos todavía está en definición. Mientras tanto, Node.js continúa ofreciendo compatibilidad con la mayoría de librerías y frameworks, por lo que su relevancia no se ve amenazada a corto plazo.
Por otra parte, la creciente adopción de TypeScript en el mundo de JavaScript ha permeado en Node.js. Cada vez más proyectos optan por escribir su backend en TypeScript para contar con tipados y otras ventajas del lenguaje, sin dejar de lado la velocidad y el ecosistema npm. Esto, sumado a otras iniciativas de la comunidad, augura que Node.js seguirá avanzando con fuerza.
Hoy todo e una aplicación móvil, una página web o un servicio que se integra con otros sistemas, el backend adquiere una relevancia mayúscula. Node.js se ha posicionado como uno de los entornos favoritos para construir ese backend que alimenta a múltiples clientes: aplicaciones web, apps móviles y hasta dispositivos IoT que necesitan un canal para enviar y recibir datos.
La ventaja de Node.js es que su enfoque asíncrono simplifica la comunicación con diferentes servicios y bases de datos, lo cual lo convierte en una pieza ideal para orquestar la lógica de un proyecto multiplataforma. Además, la comunidad de Node.js trabaja constantemente en librerías que soportan la integración con servicios de terceros, APIs públicas y otros elementos de la tecnología moderna.
No todo se limita a servidores y APIs. Con Node.js también puedes crear scripts y herramientas de línea de comandos para automatizar tareas del sistema. Piensa en un programa que te genere informes, que convierta archivos a distintos formatos, o incluso un CLI para manejar configuraciones en tu proyecto. Estas pequeñas utilidades suelen ser de gran ayuda en el día a día de los programadores.
La razón de que Node.js sea atractivo en este terreno es, nuevamente, la comunidad y la sencillez de uso. Podrías escribir un script en pocos minutos, instalar un par de dependencias y listo. Además, la compatibilidad con múltiples sistemas operativos hace que tus herramientas funcionen en Windows, macOS o Linux sin mayores complicaciones.